sábado, 26 de noviembre de 2011

UNA CONDENA MAGNANIMA

        


      Aún no puedo explicarme cómo pude dejarme llevar por la ira. Sólo se que cuando me di cuenta mis manos estaban manchadas con la sangre de un pobre miserable que se enamoró de una persona equivocada. Ella se llamaba Francoise Bernard. Era mi mujer. La pena impuesta fue benévola, los jueces me impusieron realizar a pie la peregrinación a Santiago de Compostela. Aquí empezó una aventura que cambiaría mi vida para siempre.
     Quiero ahora recordarlo contigo, amigo viajero y animarte a que recorras conmigo este viaje largo pero sobre todo interior, ya que el Camino de Santiago es sobre todo un recorrido al interior de ti mismo.
     Mi nombre es Thibault Robert. Soy curtidor de pieles. Tengo 25 años y esta es mi historia. La historia de una conversión.
    


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